jueves, 13 de diciembre de 2012

La educación sexual de los hijos: seis tips para recordar




Según el sitio de internet girlspregnant.com unas 750 mil adolescentes al año se embarazan solamente en los Estados Unidos. Esto demuestra que, la problemática del embarazo juvenil no solo continua vigente sino que además sigue en aumento. Ante esta situación ¿Qué pueden hacer los padres?
Si bien es cierto que el embarazo en adolescentes es algo que puede ocurrir por diversos factores existen algunas pautas generales que pueden resultar útiles:
1. Recuerden que su trabajo como padres abarca mucho más que darles techo, ropa, comida y educación, dediquen tiempo de calidad para establecer una relación personal con cada uno de sus hijos, conozcan como piensan, sus dudas, temores, inquietudes; brinden la confianza necesaria para que puedan expresarle lo que en realidad sienten sin el temor a ser reprendidos. Es cierto que el trabajo, las inquietudes diarias y los problemas nos dejan pocas oportunidades para compartir con ellos, pero el tiempo que invierten ahora significa ganar mucho en cuanto a la calidad de vida que puedan tener.
2. Asuman la sexualidad de los hijos como algo real. A veces los padres caen en el error de creer que sus chicos son distintos a los demás jóvenes, y peor aún que serán incapaces de iniciar su vida sexual demasiado pronto y sin avisarles. Por esta razón, dejan de ofrecerles la orientación necesaria en cuanto a este tema, y si lo hacen no les brindan toda la información oportuna. Sus hijos necesitan saber cómo cuidarse no solo de embarazos sino de enfermedades, necesitan saber dónde y cómo adquirir un preservativo, necesitan saber qué pueden hacer en caso de que hayan tenido sexo sin protección, entre otros factores importantes. No estamos hablando de que lleve a su hijo de seis años a una farmacia y le enseñe a comprar píldoras anticonceptivas, pero como padres es importante que conversen claramente con ellos y les orienten abiertamente según su edad y madurez. Es mucho mejor que ustedes lo hagan en vez de dejar este aspecto tan importante en manos de otros. Por favor, no esperen a que los maestros se hagan cargo ya que ellos están capacitados para ofrecer educación académica, pero la formación se da en el hogar y les corresponde a ustedes.
3. Un ejemplo vale más que un sermón, si tienen la oportunidad no duden en permitir que sus hijos conozcan y conversen con jóvenes que estén pasando por la experiencia de ser padres prematuros, hágales ver con esos ejemplos que la situación no llega hasta el momento del parto sino que implica grandes responsabilidades que les privarán de disfrutar de su juventud plenamente.
4. La orientación sexual no tiene género. A veces enseñamos al varón a llevar consigo el preservativo pero a las niñas no porque éstas no se lo ponen, pero olvidamos que ante un embarazo prematuro ellas serán las más afectadas así que también deben actuar responsablemente. De igual forma, en ocasiones caemos en el error de pensar que las niñas son las que más deben preocuparse por evitar un embrazo, pero recuerden que las enfermedades de transmisión sexual no distinguen entre hembras y varones; además ser padre prematuro tampoco es una situación fácil para el varón y enseñarle lo contario implicaría algo peor aun, inclucarle la paternidad irresponsable como parte de su formación.
5. Estén atentos a los cambios. Muchas veces la actitud de nuestros hijos habla por si misma, solo que en ocasiones estamos muy ocupados o simplemente no queremos ver lo evidente. Hace poco en un programa de televisión sobre el embrazo en adolescentes, una madre comentaba no haberse dado cuenta de que su hija estaba embrazada hasta que cumplió cinco meses de gestación, esto a pesar de que la joven había experimentado vómitos durante varios meses llegando incluso a perder peso ¿Cómo es posible que una situación tan notoria como esa pueda pasar desapercibida para una familia que vive junta en una misma casa? Por favor tómense el tiempo de observar a sus hijos, y si notan cambios tómenlos en cuenta, no se trata de llegar a la paranoia, pero no podemos atribuirle todo a la malcriadez, la adolescencia o la imadurez.
6. No todos los hijos son iguales, a veces hay casos que se nos van de las manos pese a nuestros mejores esfuerzos o simplemente no sabemos cómo asumir nuestro rol en cuanto a la educación sexual en el hogar. Si es su caso, recuerden que no están solos y busquen la ayuda necesaria.
Las estadísticas demuestran que el inicio de la sexualidad está ocurriendo a edades cada vez más tempranas, y eso es algo que afectará de forma permanente la vida de nuestros hijos, no solo en relación a la paternidad y las enfermedades, sino también en cuanto a las herramientas que les permitirán a futuro tener una vida de pareja sana y satisfactoria, así que no dejen al azar este aspecto tan importante de sus vidas y dediquen el tiempo necesario para su formación.
Hasta un próximo post.

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